COLOMBIA EN MI CORAZÓN
A mediados de los años 90 viajé en dos oportunidades a Colombia con el propósito de participar en cursos intensivos de postgrado, dictados por el CIAF, Centro de Investigación y Desarrollo en Información Geográfica (dependiente del Instituto Geográfico “Agustín Codazzi”) de Santa Fe de Bogotá. Antes del primer viaje, mis conocimientos acerca de Colombia se restringían a lo que como profesional de la Geografía podía saber, complementado (¿contaminado?) con la siempre sesgada, parcial, muchas veces tendenciosa y subjetiva información que provenía de los medios de comunicación.
Por lo tanto, hice ese primer viaje con la sensación de llegar a un país que geográficamente tenía muchas cosas interesantes que mostrarme, pero con una dosis de incertidumbre sembrada por las noticias que de allá provenían. Viajaba a un país que en ese entonces estaba ya estigmatizado (narcotráfico, guerrilla, violencia, etc.), gracias al conocido hecho que en la sociedad actual sólo las noticias negativas “venden”, y para el común de la gente en Chile, Colombia era por entonces (y en parte aún lo sigue siendo) un país al que no valía la pena viajar, y que incluso según varios colegas universitarios no tenía profesionalmente nada que ofrecerme.
No obstante, esas actitudes y posturas que se originan en la ignorancia y la subjetividad y que manifiestan una soberbia y arrogancia ridículas, estuvieron muy lejos de alcanzarme. La disposición con la que llegué fue de aprender y aprehender todo cuanto estuviera a mi alcance en los meses futuros.
No viajé en calidad de turista, pero conocí muchos lugares turísticos. Fui a estudiar y me faltó tiempo para adquirir todos los conocimientos que en abundancia se ponían a mi disposición.
Tan buena y grata fue impresión que me causó esa primera experiencia, que no dudé ni un instante en continuar estudios de perfeccionamiento en Colombia. Esa primera estadía de perfeccionamiento fue posible gracias a dos becas: una del Instituto Geográfico "Agustín Codazzi", Subdirección de Docencia e Investigación (Ministerio de Hacienda y Crédito Público, REPUBLICA DE COLOMBIA) y otra del D.S.O. (Programa de Ayuda Directa a Institutos de Países en Desarrollo, del Gobierno de HOLANDA. Antes de cumplirse dos años de mi primera estadía gané una beca de la O. E. A. que me permitió asistir a un nuevo curso en el C.I.A.F. de Santa Fé de Bogotá
Desde entonces, y diariamente gracias a la Internet, estoy informándome del acontecer cotidiano en Colombia, en comunicación permanente con los entrañables amigos que allá hice, e invariablemente interesado en todo cuanto tiene que ver con esa tierra a la que tanto quiero. En el año 2006 pude finalmente regresar, después de más de un decenio de ausencia, para renovar y energizar mis sentimientos de afecto y mi compromiso de contribuir a mostrar lo que Colombia es en verdad.
A partir de ese emocionante retorno, y ahora por poderosas motivaciones personales que se añaden a las razones originales, he viajado con frecuencia a Colombia para sumergirme en la dicha del reencuentro con la felicidad.
Colombia es una tierra de geografía esplendorosa y exuberante, que se ofrece generosa y con afecto a quienes deseen recorrerla con la mente y el corazón abiertos y libres de prejuicios.
A veces he buscado afanosamente poder describir la geografía colombiana con un solo adjetivo. Y muchas palabras acuden simultáneamente a cumplir ese propósito. De todas ellas, la que más se aproxima a mis experiencias en esa tierra es: ........... “fascinante” !!!
Cuando alguien me pregunta por qué quiero tanto a Colombia, me resultaría extremadamente fácil señalar una larga lista de argumentos de tipo “geográfico” materializados, por ejemplo, en los fantásticos paisajes observables en las diversas regiones de Colombia. Y podría también fácilmente demostrarlo mediante imágenes, recurriendo a los cientos de fotografías que tomé de variados aspectos de la geografía colombiana. Y muchas veces así lo hago, pero sólo como una introducción a otro tipo de razones, relacionadas más bien con experiencias cotidianas, con sentimientos y sensaciones que experimenté durante el tiempo que viví en ese país. Por eso, y por lo que he vivido en el tiempo posterior a esos primeros encuentros con esa tierra mágica, puedo decir que los argumentos tienen profundas raíces en el corazón.
Este escrito tiene como objetivo ayudar a difundir la verdadera imagen de Colombia. No la que internacionalmente se conoce a través de la prensa, sino la que viven a diario los más de 45 millones de colombianos, la que yo a mucha honra disfruté durante mis dos estadías para estudios de postgrado y en los más breves pero igualmente felices viajes posteriores. Es una modesta retribución al inmenso afecto con el que siempre me han acogido durante el tiempo que he vivido en esa bella tierra. Como siempre lo he señalado a quienes han escuchado mis opiniones sobre Colombia, yo quisiera que todo extranjero que visite mi país al regresar al suyo pueda hacerlo con los mismos sentimientos con los que yo regreso a Chile. Esos viajeros serían nuestros mejores embajadores.
Cuando alguien hace un comentario sobre Colombia, cargado exclusivamente de palabras de connotación negativa como “droga”, “cocaína”, “narcotráfico”, “guerrilla”, ”secuestro”, “inseguridad”, etc., no hace otra cosa que demostrar una extrema ignorancia. Precisamente pensando en el enorme abismo que existe entre esa visión sesgada, subjetiva y prejuiciada y la experiencia directa, objetiva y profunda adquirida durante el tiempo que he vivido en Colombia, es que he preparado esta contribución para mostrar el verdadero rostro de ese entrañable país. Alguna vez pensé en llamarla “La otra Colombia”, pero creo que es más justo y real denominarla “La verdadera Colombia”; aquella que persiste a pesar de los problemas y la estigmatización, aquella que conocí y aprendí a querer en la forma profunda y sincera con que lo hago.
Finalmente, y aunque no sea más que para quedar tranquilo con mi conciencia, he aquí un testimonio de mi experiencia, ya que nadie sabe cuán profundo y cuán bellamente se instaló Colombia en mi corazón.
Prof. Carlos Rojas Hoppe
Universidad Austral de Chile
Valdivia, Chile, julio de 2008
7 Comments:
Ojala toda la gente que visita mi adorada colombia hablara positivo de mi pais,ya que no solo es hermoso en su geografia si no en su gente amable y de buen corazon Gracias por esos comentarios tan edificantes para mi pais, gracias es conmovedor leer eso que escribistes jasmine herazo
Armando Lasso
Gracias a Dios Colombia es mas que lo que la ignorancia habla y ssomos mas los buenos que los malos, ademas hay una gran cantidad de cosas buenas por conocer y aprender, diversidad de climas, cubierta por los 2 mares, tiene el rio mas grande del mundo, etc., etc., y muhco mas, gracias por los comentarios sobre MI PAIS
Profesor Carlos. Con profundo sentido de gratitud por la carta con la que usted presenta mi pais, me permito solicitar su permiso para publicarla en las redes. Tal como ud la redactó. Un reconocimiento como este no debe quedar sin ser leido sobre todo por los colombianos.
Profesor Carlos. Con progundo sentido de gratitud para solicitarle su autorizacion para publicar su carta en las redes. Una presentacion de colombia como esta debe leerla todo colombiano.
Profesor Carlos. Con profundo sentido de gratitud por la carta con la que usted presenta mi pais, me permito solicitar su permiso para publicarla en las redes. Tal como ud la redactó. Un reconocimiento como este no debe quedar sin ser leido sobre todo por los colombianos.
Profesor Carlos. Con profundo sentido de gratitud por la carta con la que usted presenta mi pais, me permito solicitar su permiso para publicarla en las redes. Tal como ud la redactó. Un reconocimiento como este no debe quedar sin ser leido sobre todo por los colombianos.
Ana Raquel: ¡Por supuesto cuentas con mi autorización!
Sólo pido citar la fuente (la dirección WEB de este BLOG)
Saludos
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