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Location: Instituto de Ciencias de la Tierra, Universidad Austral de Chile - Casilla 567 - Valdivia, Chile

Saturday, November 18, 2006



UN VIAJE A MANIZALES CON MIS ILUSTRES AMIGOS

La ciudad de Manizales (en el flanco occidental de la Cordillera Central de Colombia, Departamento de Caldas, a 2.150 m s.n.m.) era el destino para un trabajo de campo a realizar como parte de uno de los cursos sobre Amenazas Naturales en el Instituto Geográfico “Agustín Codazzi” (IGAC) de Santa Fe de Bogotá. El trayecto más grato de ese viaje, con un cambio desde el clima frío al cálido (“Tierra Caliente”) es el que nos llevó desde Bogotá hasta Honda, cuando a partir de Sasaima la vista, el olfato y el oído se estimulaban al máximo.

¡Qué dulces perfumes traía el viento! ¡Qué sonidos y melodías cautivantes en el ambiente! ¡Qué explosión fantástica de verdes y marrones! ¡¡¡ Y esas nubes….¡¡ Soberbias….!!!!!!

Albán, Villeta, Guaduas…… qué delicia de lugares!! Un viaje soñado por esa carretera que, cual tobogán, serpentea descendiendo hacia el Magdalena. Visiones embriagantes aquellas que insinuaban la proximidad del gran río. El divisar sus meandros desde lo alto fue la imborrable presentación entre este geógrafo y el legendario río.

¡¡Qué plácido es el paisaje en los alrededores de Mariquita: esos palmares en tierras planas eran una invitación al descanso y a la ensoñación!! ……... ¡¡Realmente cautivante!!

Pocos cambios de paisaje he disfrutado en forma tan intensa como los que se suceden gradualmente al ascender desde Mariquita hacia el Páramo de Letras.

Asomé la cabeza por la ventanilla del Jeep, cerré los ojos, respiré profundo y pude sentir esos aromas suavemente dulces que llegaban hasta mí…… …… A pesar de las muchas fotografías y diapositivas que tomé esa tarde, ellas no logran reflejar totalmente la belleza del paisaje. Dentro del vehículo, los buenos e inolvidables amigos mantenían un gratísimo y permanente ambiente de alegría y risas. Y al rato, ya por Fresno o Herveo, comenzó nuevamente a refrescar el aire y temperaturas más familiares parecían trasladarme a tierras australes. Pero la espectacularidad del paisaje, donde jamás se igualaban los tonos de verde, y donde lo quebrado del relieve no daba tregua al interés por contemplarlo todo, por entenderlo todo, sin que escapara detalle alguno, me hacían permanecer expectante ante lo que me esperaba tras la próxima curva cerrada.

Giovanny Daza, el más inseparable, colaborador, integrador y buen anfitrión entre todos los compañeros colombianos del curso, prodigaba generoso su amistad y nos explicaba hábilmente la geología que se mostraba tan espectacular ante nuestros ávidos ojos.

José Antonio Rodríguez, quien a partir de ese viaje se constituyó en mi mejor amigo, hacía gala de un finísimo humor y nos mantenía entretenidos y en permanente estado de risa. Este versado geólogo venezolano fue el causante de que a partir de entonces yo no pudiera prescindir de tener siempre muy a mano lápiz y papel para inmortalizar sus inigualables expresiones, dichos, giros idiomáticos, cuentos y chistes realmente ingeniosos.

El ameno grupo procuraba esforzadamente superar a mi amigo caraqueño en una competencia de chistes. A ratos el festivo ambiente contagiaba al chofer colombiano, “Fittipaldi”, bautizado así quién sabe por cuántas otras veloces pruebas de velocidad por esas carreteras, contrarrestando los efectos de su excesiva audacia en la conducción y logrando también abstraerlo de las lindas canciones de Marisela y Marco Antonio Solís y de los sentidos vallenatos que escuchaba en el equipo de música.

En el Jeep de más adelante (tantas veces “más atrás” por causa de nuestro Fittipaldi) viajaba el resto de los integrantes del curso, incluyendo al alegre geógrafo mexicano Álvaro “Manito” Palacio y a las dos únicas mujeres, con la dulzura y la simpatía siempre a flor de piel: Isabel (Nicaragua) y Patricia (Argentina), que merecen un capítulo especial.

En este viaje no estuvo presente mi paisano Ivo Kovacic, otro de los geógrafos participantes del curso, quien por esos días se encontraba entregado a un asunto geográfico realmente muy serio y profundo, que absorbía todas sus energías y sus preocupaciones, y que respondía al geomorfológico nombre de ……….“Claudia”. (Bueno, Ivo, todos entendíamos tu nostalgia y te apoyamos cuanto pudimos en eso. Recordarás también que en beneficio directo de tu bella chilena, los integrantes del Grupo de la OEA nos hicimos durante tres meses el propósito de mantener a raya a las lindas y simpáticas colombianas que te hacían “cambios de luces”). Con ocasión de la mencionada “escapadita” de mi paisano, yo intercedí por él y procuré ser muy convincente en mis explicaciones a Alberto “Pepe Antártico” (este es un chiste chileno entre Ivo y yo) en Manizales, donde al cabo de unos días se reintegró al grupo….. bastante cansado y despistado……………je, je, je!!!

Pero Ivo sí nos había acompañado en otra jornada de terreno un mes antes; y en ella se hizo célebre al viajar de copiloto de nuestro “Fittipaldi” y darle la instrucción precisa ( “¡¡Tírate nomás!!! ”) para que en cierto sinuoso tramo de la misma carretera a Honda adelantara con confianza, con el resultado que apenas alcanzamos a pasar entre el precipicio hacia el Magdalena a nuestra izquierda, el autobús que adelantábamos a nuestra derecha, y el enorme camión (“Tractomula”) que apareció en la curva y que se nos venía directamente encima enfrentándonos a una velocidad impresionante………

¡¡¡Si el Jeep hubiera tenido una capa más de pintura ……. usted no estaría visitando este BLOG !!!!!!!!!

Lívidos y sin habla, seguimos, y un kilómetro más abajo le palmoteé la espalda al “ingeniero de vuelo” al tiempo que le advertía: “Va una, Ivo!!” (haciendo alusión al único pero excelente chiste que yo había hecho participar en la primera versión de la mencionada competencia interna, sólo 15 minutos antes….**). Luego José Antonio extrajo de su inagotable repertorio uno de sus cuentos más apropiados a la ocasión, y al llegar a Honda ya todo había pasado a la categoría de anécdota.

¿Fue ese ambiente? ¿Fueron esos amigos? ¿Fue la música que siempre escuchábamos? ¿O fue sólo el subyugante paisaje? O, más probablemente, ¿la exquisita mezcla de todo aquello?
Lo cierto es que jamás podré olvidar ese viaje a Manizales……..


** Para una versión completa del chiste, diríjase al autor (crojas@uach.cl)

2 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Gracias por visitar nuestras tierras y lo mejor que lo exprese con tanta pasión. Por estos lares lo esperamos con gusto nuevamente!

August 29, 2008 3:05 PM  
Blogger Sandra Estefanía said...

Carlos...

¡Que hermosa narrativa!

Desde el fondo de mi corazón de Colombiana, te agradezco tus cálidas palabras.

Si, es cierto... somos un país muy juzgado... poco comprendido... Lleno de contrastes... de grandes personajes buenos y malos.

Pero tu nos reflejas con mucha certeza... Colombia es un país lleno de personas cálidas, amables, luchadoras..

Y totalmente de acuerdo contigo: Somos un país geograficamente maravilloso... pero más hermoso desde el punto de vista humano.

Un abrazo, desde Barranquilla, Colombia.

August 05, 2009 8:14 AM  

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